Hoy es uno de tantos días que no sería capaz de describir. Supongo que es el frío. Quizá sea la resaca. Rellenar un papel en blanco. Un papel en blanco que cada vez es más difícil de escribir y dibujar. Luchar por rellenar un papel en blanco, luchar por llenarlo de tristeza o de alegría, llenarlo de putos corazones rotos o de amor, de historias reales o ficción. Cada mañana es un papel en blanco en el cuaderno de nuestra vida. Un papel en blanco de lucha constante o de dejarse llevar, de sentirse atrapado o de escapar, de dejarse querer y también amar, de quejarse por todo, o por el contrario, dejar de lamentarse y demostrar valor.
Cada día es un papel en blanco que sería hermoso ser capaz de escribir y dibujar.