En Donostia mi querida ciudad existe un saludo muy popular entre los lerdos. El NO saludo. Un lerdo no es un desconocido. Puede ser un vecino, un compañero de la escuela, o alguien al que has conocido en un momento determinado de tu vida o que sueles ver muchas veces por la ciudad. Un lerdo te conoce. Cuanto más cercano más lerdo. Un lerdo a lo lejos se va aproximando por la calle mientras te mira de arriba abajo estudiandote cada movimiento, y cuando está ya tan cerca que lo puedes llegar a oler te mira fijamente. Es ahí, en el momento en que pasa a tu lado y lo vas a saludar cuando aparta estúpidamente la mirada y mira para otro puto lado pasando de largo. Ese es el saludo de los lerdos. El NO saludo. Al principio puede llegar a molestar un poco si eres nuevo en la ciudad o si vienes de fuera. Luego pronto te habitúas. Lleva décadas contagiándose, extendiéndose, incluso por los pueblos de alrededor. Está por toda la provincia. Cada vez hay más lerdos. Luego también están los advenedizos. Bueno… los advenedizos son ya otra puta historia.