Llegó el virus y paró al mundo. Paró al mundo pero no el tiempo. Tiempo y espacio. Quizá el espacio si lo paró un poco. El puto tiempo siempre avanza. Imparable. Se nos escapa de las manos en una cuenta atrás hasta el finito mientras esperamos que todo vuelva a ser igual. A algunas personas desgraciadamente no las volveremos a ver más. A otras las veremos de forma diferente. Los expertos dicen que el mundo cambiará. Que ya nada volverá a ser lo mismo. Un mundo aséptico y digitalizado. Sin besos, sin abrazos, sin apretones de mano. Quizá no haya sido tan malo a pesar de todo. A lo mejor necesitábamos parar un poco y darnos una segunda oportunidad para hacerlo mejor. Aunque solo sea sea un poco mejor.