Un día de despedida

Hoy es un precioso día otoñal. El perfecto día para decir adiós. El viento es más frío que días atrás. Por fin siento el invierno cerca. Un día perfecto para despedidas. En una ciudad donde uno no puede pasar desapercibido. En un país donde la libertad es fingida. Ya está oscureciendo. Ayer me dijeron que murió Lou Reed. La lluvia es tan fina que parece niebla. Parece que me escupe a la cara. No puedo ver que hay al otro lado de la calle. Cierro los ojos. Que rico es sentir la lluvia. La lluvia y el viento de otoño. Sentir cercano el invierno y decir adiós al verano. Un día perfecto para despedidas.

Descender

Tocando el cielo con las manos, la niebla nos hace desaparecer. Un suspiro y mi respiración es cada vez más fuerte. Se me tapan los oídos, noto la presión en mi cabeza. El recuerdo de un fin de semana atraviesa mi cabeza en 10 segundos y después ya no puedo recordar nada. Solo la presión en mi cabeza y mis oídos tapados. Estoy volando alto. Por encima de las bestias y las plantas. Naturaleza. Quizá no habrá otros días. No quiero descender. Se está muy bien aquí arriba arropado por la niebla con mis oídos tapados en mi recuerdo de 10 segundos. No quiero descender.
Hospital de San Sebastián

Un Poema – Fragmentos y reflexiones para un final

Vacío
La droga que ya no hace efecto,
No sentir nada,
Los sollozos de los niños en la plaza me ensordecen,
Calor insoportable,
Humedad,
40 grados.
Chillidos y lloros son lo único que oigo
Golpeando en mi cabeza.
No puedo dormir
Amanece.
Calor insoportable
Los gritos de los niños con sus madres
Son lo único que oigo.